En Mayo de 2024 se me debió encender una bombilla… o quizá no. Mas bien no.
En realidad se me apagaron las luces — todas, una vez más — 10 meses antes y, por pura supervivencia emocional, busqué un proyecto que me sirviera de terapia ocupacional. Pensé que sería interesante rescatar todo aquel material grabado e implementarle toda la experiencia acumulada en los últimos 30 años, los avances tecnológicos, y ya que estamos dejando que la IA nos invada, recurrir a ella de una forma provechosa… Más adelante lo explicaré.
Primeramente, aquello se grabó en un multipistas ADAT que me traje de EEUU con cintas S-VHS. Cintas que yo aún conservaba (y el cable TOSLINK de fibra óptica!); no así el aparato... Adquirir uno en buen estado no iba a ser empresa fácil. La otra opción era encontrar un estudio donde aún dispusieran de semejante antiguaya.
Tras un par de intentos fallidos conseguí una máquina que, no sin algunos contratiempos de mantenimiento, finalmente fue capaz de reproducir las cintas en un 90%. Lo pasé todo a ProTools y empecé a restaurar ese 10% que se deterioró. (Amén de tener que abrir las carcasas de las cintas un par de veces para bobinar/rebobinarlas a mano, y para llevar a cabo alguna que otra intervención quirúrgica…)

Había otros dos aspectos que iba a haber que atender. En primer lugar, remplazar aquellas baterías de plástico provinientes de una caja de ritmos Roland R-5. Y en segundo lugar, remplazar algunos sonidos del sintetizador Yamaha W7. Sobre todo aquellos más orquestales que aparecen en Esencia, o el piano de Luna de Invierno. El arreglo final de cuerda que suena en Latidos es real y se grabó en Inglaterra con un octeto, y el trío de Momento también (aunque ese se grabó en Madrid más adelante). Por lo tanto, ahí no había problema. Por otro lado, el arreglo de El Dolor de los Cuervos parecía aguantar el paso de los años. Sin duda las mezclas eran todas claramente mejorables tanto por timbre como por planos. Y por equipo… Hay que tener en cuenta que en aquel momento se hizo todo de forma manual con hardware y, por mucha destreza que uno tuviera, dos manos no lo abarcan todo.
En efecto, sin software ya que el primer Atari ST1040 lo adquirí en 1997 (con Cubase v2.0 o v3.0, ya no lo recuerdo), y el primer PC en 1998 (con Cubase VST). El primer Mac no llegaría hasta 2003, ya con ProTools… Aquella mesa de mezclas era una Fostex 454 que fue sustituida en 1998 por una Fostex 820. No es que yo tuviera particular predilección por esa marca, sino más bien mi bolsillo… La reverb de rack era una Peavey Univerb II, un extraño especimen de los que te encontrabas en las tiendas de instrumentos que nadie suele querer pero que era más asequible que otras opciones sin duda mejores. Los efectos de guitarra salían mayormente de una Alesis Quadraverb GT, más algún pedal de Boss (por ejemplo, el phaser en Libertad, el flanger del solo en Náufrago del Tiempo, el wha-wha en La Luz de la Esperanza) y un omnipresente delay Digitech.
Y si no recuerdo mal, creo que solo falta por mencionar un compresor stereo Alesis 3630 de tipo VCA. Los amplificadores de guitarra eran un Peavey Transtube y un Marshall Valvestate 8080. Todo ello grabado con un humilde micrófono dinámico Shure SM58…

¿Y qué pinta la IA en todo esto? Tal vez fue otro revulsivo, dado que algunas de las utilidades de la IA son la restauración de audio y la separación de elementos que suenan de forma simultánea en un archivo de audio. De las 8 pistas del ADAT, las pistas 1 y 2 contenían siempre el mismo material: caja de ritmos y bajo, previamente mezclados en stereo. O caja de ritmos, bajo y W7. Esto presentaba varios problemas. Por una parte, había que intentar eliminar la caja de ritmos pero no necesariamente a costa de perder el bajo. Y por otro lado, iba a ser necesario separar el W7 en aquellas canciones donde sonara para aprovechar precisamente la grabación del bajo. Una combinación de RipX, Spectralayers y Moises.ai ayudaron a separar los elementos con lo que finalmente pude recuperar el bajo íntegramente.
La restauración de fragmentos de audio dañados por glitches se hizo mayormente con iZotope RX en los casos más graves, y a mano con el Pencil Tool de ProTools en los más leves. Por último, de un viejo diskette de 3,5” que guardé a buen recaudo conseguí rescatar los MIDI files con todas las secuencias del W7. No solo eso, sino que además conservé un documento de texto con la lista de los presets de cada pista MIDI en previsión de que la memoria interna del W7 en algún momento se borrara o reseteara. Dicha memoria contiene precisamente esa configuración de pistas/instrumentos. (A veces es muy beneficioso ser tan sumamente metódico!) Esto me permitiría volver a mezclar todos los elementos provinientes del W7 por separado y, lo que era más importante, sustituir algunos de los sonidos por librerías del sampler Kontakt y el rompler Omnisphere. Al cargar los MIDI files en ProTools y hacer llegar la señal MIDI al W7, todo debería estar en sincro.







